viernes, 22 de abril de 2011

Catedrales y excavaciones

Ayer aprovechando que era día de fiesta, quedamos un rato en casa de Cristi para echar un par de partidas. y aunque no nos gustan las procesiones, quisismos jugar algo acorde a la temática del día, por lo que desempolvamos un juego que nunca se había jugado en el grupo: Los pilares de la Tierra. 


Este juego aunque está en mi colección, no es ni siquiera mío, ya que se lo compraron entre mi hermano y sus amigos, pero con el tiempo ellos no jugaban y decidieron que se lo guardase. El caso es que cuando lo jugué en su día, no me hizo demasiada gracia, porque se hacía largo y no era demasiado duro (y por esa época estaba yo en plena enamoramiento con juegos rompecocos como Caylus o Puerto Rico.Y desde entonces, ha estado cogiendo polvo, hasta que Cristóbal se interesó ayer por él y decidimos darle una oportunidad. Leyendo las reglas no pintaba mal la verdad, y el juego aunque largo (un par de horitas) no se nos hizo para nada pesado. La victoria final fue para Cristóbal medio descolgado, con Cristi y yo empatados por detrás. 


Como digo el juego no nos disgustó, pero ahora mismo creo que hay opciones bastante mejores en el mundo de los juegos de mesa. Stone Age por ejemplo ofrece un nivel similar de darle al coco, pero para mi gusto es más fácil de entender para los novatos y, a pesar de los dados, menos azaroso. Porque una de las cosas que no me gusta de Los Pilares de la Tierra es que me resulta excesivamente azaroso con el tema de sacar los maestros constructores de la bolsa; que te llegue el turno de poner tu primer maestro y ya no quede ningún sitio bueno es bastante frustrante.

Y el otro día probamos el Cuba, también de Rieneck y Stadler, que nos gustó mucho, aunque es ya un juego más complejo que este. Ahora lo malo es que tengo ganas de probar Un mundo sin fin, y no tengo a nadie a mano para eso (Emilio vuelve!)

Y para relajarnos un poco, decidimos echar un Dixit, a 5 jugadores. La verdad es que el juego se quema si se juega mucho, pero con las cartas del Dixit 2 hay muchas más cartas que no conoces ni te suenan lo más mínimo, y se disfruta mucho más la partida.


Ayer la verdad es que nos reímos mucho en unos cuantos turnos, sobre todo en el de la Play Station y la empanaera de Cristóbal ;D

Y para rematar la noche antes de salir a darnos un garbeo, Cristi, Víctor y yo nos decidimos a echar un Thebes, y nuevamente volvió a gustarnos mucho. 


El juego es azaroso sí, pero como bien dijo Víctor, hay que saber a que se está jugando, y poner nuestras expectarivas acordes a ello. No te puedes esperar romperte la cabeza con un Thebes, pero si esperas un juego divertido y con igualdad de posibilidades de ganar para todos, te lo pasas pipa. 


Hay que tomarse las cosas con filosofía, y si metes la manita en la bolsa y sacas 8 fichas de arena como nos pasó ayer a Cristi y a mí, pues te cagas en su madre, te ries de tu puñetera estampa y sigues jugando tan a gusto. Si te dedicas a llorar y llorar por tu mala suerte, pues te acabas aburriendo y posiblemente amargándole la partida a los demás.

Al final ayer a pesar de la arena acabe ganando yo con 9 puntillos de ventaja sobre Víctor, que a su vez le sacaba tan sólo 4 a Cristi. Final muy muy apurado que se decidió sobre todo por las mayorías en los conocimientos específicos.

Y para terminar, mientras Cristi se quitaba el pijama de vaca y se duchaba, Víctor y yo aprovechábamos para darle caña al Samurai de Knizia, que a 2 es bastante táctico y muy rapidito de jugar; en 40 minutos jugamos 2 partidas. 


En la primera gané yo de paliza, y en la segunda fue Víctor el que hizo lo propio, lo que me lleva a reafirmarme en que en este juego influye la suerte bastante más de lo que parece, porque de no ser así, es raro que cambie tanto el balance de una partida a otra. A mí la verdad es que me gusta mucho más el A través del desierto.

Saludos!

lunes, 18 de abril de 2011

Holandeses y cubanos

Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de probar un par de los juegos nuevos de nuestras colecciones: The dutch golden age y Cuba.

El primero es un juego de Leo Colovini que ha pasado sin pena ni gloria por el ranking de la BGG, y que dude mucho en comprar ya que no había oído muy buenas cosas sobre él. A pesar de todo me hice con él porque estaba tirado de precio en Alemania, y la verdad es que nos llevamos una grata sorpresa.


Se trata de un juego sencillo, sin mucha enjundia y con buena parte de azar, pero tiene algunas mecánicas muy curiosas y diferentes formas de llegar a la victoria. Tenemos que jugarlo otra vez y a ver si lo comento con más detalle.Eso sí, jugamos a 3, y creo que posiblemente funcione mejor a 3 que a 4.

Por otro lado, probamos la última compra de Cristóbal: Cuba, un juego de Rieneck y Stadler.


Se trata de un juego más o menos complejo y de duración entre 90 y 120 minutos, y lo cierto es que nos gustó bastante a los 4 que lo jugamos. Muchas decisiones que tomar y algunas mecánicas interesantes como las votaciones al final del turno.


Cuba me pareció un buen juego sobre todo porque en la primera partida todos metimos patones considerables, que seguramente tendremos muy en cuenta en próximas partidas. Además, fue una partida muy tensa, con una puntuación final apretadísima y empate al final entre Cristóbal y yo:


En definitiva, dos buenos juegos a los que habrá que darles un nuevo tiento, porque me parece que ambos tienen bastante potencial 

Saludos!

domingo, 17 de abril de 2011

Michael Tummelhoffer, capítulo 5: Pantheon

Y para concluir nuestra semana de autor, vamos a terminar con unos breves comentarios sobre el siguiente juego de Tummelhoffer, que aún está por llegar, y que esta vez viene como diseño gráfico de Franz Vohwinkel: Pantheon. 


La portada no me parece especialmente bonita, pero desde luego he visto cosas peores. Según la BGG, Pantheon es un juego de 2 a 4 jugadores y 90 minutos de duración, en el que los jugadores dirigirán a varios pueblos mediterráneos en una carrera por construir monumentos a los dioses. En cuanto a las mecánicas, os dejo con el vídeo de un gameplay.


Según cuentan nuestros amigos gabachos (creo, porque mi francés es más bien flojito), el juego dura 6 rondas, y es más una carrera por expandir su civilización, construir colonias y bloquear las rutas de expansión del resto de jugadores. Otras opciones son comprar losetas de ofrendas a los dioses o construir monumentos, para lo cuál podemos usar diferentes tipos de cartas (oro, bailarinas, templos, comida o cultistas, por llamarlos de algún modo).


Como veis, no se reparte leña directamente por ninguna parte, pero en muchos otros juegos tampoco y el perreo es más que considerable a pesar de ello.Para el que sepa alemán, las reglas están en la página de Hans in Glück.

A mi sea como sea me llama la atención, sobre todo teniendo en cuenta que me encantan tanto el Stone Age como el Saint Petersburg, y ya que este hombre no es demasiado prolífico, podemos permitirnos comprarnos todos sus juegos.

Y con esto damos por terminado el ciclo se semanas de autores. No descartamos hacer más (de hecho, yo tengo un par de amigotes en el tintero) pero no sabemos con que regularidad; lo mismo la semana que viene, lo mismo dentro de un mes, no podemos dar fecha fija.

Saludos!

PD: Imágenes de BGG. 

sábado, 16 de abril de 2011

Michael Tummelhoffer, capítulo 4: Stone Age

Como habíamos anunciado, hoy toca hablar de Stone Age, el segundo eurogame publicado por Michael Tummelhoffer, y que ya reseñamos en su día. 


Haciendo memoria, Stone Age es un juego que nunca me interesó lo más mínimo. Para mecánica de colocar trabajardores ya tenía el Caylus, que es un juego que me apasiona, por lo que nunca le había prestado ninguna atención a este sucedáneo, que para colmo gráficamente se parecia al Pilares de la Tierra, que no me gustó nada.

A pesar de estas cosas, Stone Age acabó en mi colección fruto de la casualidad y de un sorteo que hicieron los chicos de Devir en la BSK (gracias otra vez, majetes!). Cuando me tocó, lo primero que pensé fue en venderlo. Sin embargo, antes de eso, me decidí a darle un tiento y jugar un par de partidas.

 Devir Fanboy

Tras ellas, mi opinión empezó a cambiar. A mí no me había parecido un juego normalito, pero sin embargo había encantado a todo el mundo que había jugado conmigo, hasta el punto de que pedían repetir partida. Curiosamente, eran grupos no muy jugones, y era raro que les gustase tanto un juego como este, de gestión de recursos y de duración aproximada de 90 minutos. Por eso, decidí quedarme con él.

Y con el tiempo, poco a poco, mi opinión sobre Stone Age no ha hecho más que mejorar. Detrás de unas mecánicas conocidas, nos encontramos con un juego muy divertido de jugar, que además es bonito y atractivo a simple vista (el diseño gráfico de Michael Menzel es una maravilla, como casi todo lo que hace) lo que lo hace ver mesa con frecuencia. Por otro lado, para mi es un juego en el que la mecánica encaja como un guante con la temática, y yo me meto completamente en el papel; de hecho, he utilizado el juego para explicar el neolítico a alumnos de 12-13 años y la cosa fue como la seda. 

 Un juego temático como pocos

Mucho se ha dicho sobre la influencia del azar en este juego... No diré que sea inexistente, pero si diré (aún a riesgo de sonar un pelín pedante) que si juegas con novatos, las posibilidades de apalizarlos están en torno a un 95%. Entre jugadores veteranos si puede influir más el azar, pero hay muchas tácticas que te permiten controlarlo. Por ejemplo, siempre es bueno comprar cartas y cabañas en el turno anterior al que te va a tocar ser jugador inicial, para asegurarte que si sale alguna muy buena, vas a ser el primero en elegir y por tanto te la vas a adjudicar. Stone Age, pese al montón de tiradas de dados, no me parece un juego azaroso ni incontrolable, sino todo lo contrario.

No es país para gafes

Aparte de todo, el juego tiene un par de detallitos que nos encantan a todos, como la cabaña del amor, donde entran 2 y salen 3, como debe ser; una cosa natural, no como la reproducción asexual del Agrícola. Luego también está el ambientador con esencia de mercadillo marroquí que después de casi 2 años después sigue apestando como el primer día. Y además, si no te gusta el juego siempre puedes construir tonterías variadas:

Oh, amor, cabaña del amor...


En definitiva, Stone Age ha pasado de no suscitarme ningún interés a convertirse en un juego muy bien valorado, y al que le tengo bastante aprecio. Es un juego con miga, en el que hay que pensarse muy bien las cosas, pero que entra por los ojos a los no jugones, y es muy táctico con jugadores veteranos. Para mi, ocupa un lugar en mi colección que no tiene ningún otro juego.

Saludos!

PD: Imágenes de BGG.

viernes, 15 de abril de 2011

Michael Tummelhoffer, capítulo 3: Saint Petersburg Expansion

El martes estuvimos hablando del Saint Petersburg, y como os anunciamos, hoy le tocan unas palabritas a su expansión, que como cosa curiosa, está diseñada por Tom Lehman y Karl-Heinz Schmiel.


Esto puede parecer la misma caja del juego, pero no, es una cajita de la mitad de tamaño (el mismo que las expansiones del Carcassonne), aunque la verdad es que se podían haber currado un diseñito de portada diferente. 

Un detalle curioso es que en la caja vienen dos expansiones: New Society y The Banquet, que pueden jugarse juntas o por separado. Sin embargo, a pesar de ser 2 expansiones, esta caja no podía ser menos que su predecesora, y viene también cargadita de aire, para 30 cartas y 3 fichas de madera que trae:


Dejando ya a un lado la caja dichosa, pasemos al contenido. En primer lugar, lo más interesante son las piezas para incluir un quinto jugador en la partida: los dos peones negros y un nuevo marcador de jugador inicial, el círculo, que da 2 puntos al jugador que empieza la ronda con él. Un ajuste sencillo y elegante, que no cambia la mecánica del juego y que nos permite disfrutar de Saint Petersburg con uno más en la mesa. 

El lunes lo probamos y la verdad es que, aunque el juego es un poco más lento y un poco más largo, no encontramos ninguna pega a la incorporación del quinto jugador a la partida. Como cosa curiosa, al jugar 5 los marcadores de primer jugador se pasan 2 lugares hacia la izquierda en lugar de sólo 1.

En cuanto a las cartas, 3 tipos. a) Las que sustituyen cartas del juego básico, cambiando sus precios o sus efectos; b) Las nuevas cartas de edificio, con nuevos efectos; c) Las cartas especiales (moradas) que te dan un beneficio y se descartan después de usarse. En la foto por ejemplo tenemos al asno de oro, que te da 5 monedas después de usarlo. 


Un detalle curioso de estas cartas moradas es que es necesario primero llevártelas a tu mano, por lo que si tienes la mano llena, mala suerte. Con esto se minimiza el factor azar de que el que juegue primero pueda siempre quedarse con la carta morada que salga.

Y básicamente eso viene siendo todo lo que incluye esta expansión, lo cuál no me parece mal por los 7 euros que ha costado. Además, la caja me ha venido de perlas para guardar fundas que me van sobrando  y tenerlas medianamente clasificadas, ya que obviamente los componentes de la expansión caben de sobra en la caja del juego básico (algo que me agrada muchísimo; odio tener que llevar dos cajas para un mismo juego)

La expansión está bien, añade el quinto jugador y algunas cartas con efectos nuevos que le dan un aire fresco a las partidas, sin complicar lo más mínimo las reglas, lo cuál me parece que es lo que debe hacer una expansión. No es necesaria para jugar, el básico es bueno por si sólo, pero si tienes el juego quemado o sois cinco habitualmente, es una buena compra (y eso que yo tengo fobia a las expansiones)

Lo dicho, todo un juegazo este Saint Petersburg!

En la siguiente entrada de la semana de autor, el viernes, nos vamos ya al neolítico con Stone Age.

Un saludo!

miércoles, 13 de abril de 2011

Y llegó la era de Napoleón...

Ya se que hoy os había prometido la segunda parte del Saint Petersburg, pero como la semana es larga y aún queda tiempo, voy a permitirme hacer un inciso para hablaros brevemente de un jueguecito que probamos el lunes Víctor y yo: Age of Napoleon.


Age of Napoleon es un Wargame para 2 jugadores de duración variable (según en el año en el que empieces) y está editado por Phalanx Games, al igual que mi querido A House Divided. Lo cierto es que la edición es preciosa: tablero grande a todo color y un montón de counters representando a los ejércitos que tampoco se quedan cortos, todo ello salido de las manos prodigiosas de Franz Vohwinkel


Una de las cosas que más nos gustó es que no sólo hay que dedicarse a la guerra, sino también a la diplomacia, intentando que otros países se unan a tu bando o abandonen el bando contrario, o incluso provocando la insurrección de los dominios enemigos.


La explicación de reglas fue larga, y en los primeros turnos fuimos realmente lentos sobre todo a causa de tener que andar mirando que hacía cada una de las cartas (te dan entre 6 y 10 cada turno), pero la secuencia de turno es bastante clara y el manual no está plagado de excepciones, así que no se tarda mucho en cogerle el ritmo


Por desgracia sólo le dimos un tiento de 4 turnos, sin llegar a acabar la partida, pero no creo que tardemos mucho en eso, porque el juego nos gustó bastante tanto a Víctor como a mí.
Saludos!

martes, 12 de abril de 2011

Michael Tummelhoffer, capítulo 2: Saint Petersburg (1)

Para comenzar nuestra Semana de Autor, y ya que tiene pocos juegos, me parece necesario reseñar la pequeña joyita que es Saint Petersburg, un juego que siempre me había llamado la atención y nunca me había atrevido a comprar, y que por suerte me regalaron en mi último cumpleaños:


- Jugadores: 2-4
- Duración: 60-75 minutos
- Complejidad: Media
- Redacción de reglas: Buena
- Dependencia del Idioma: Ninguna
- Tamaño de las cartas: Euro-Mini
- Editorial: Hans in Glück
- Artista: Doris Matthäus
- Diseñador: Michael Tummelhoffer

En Saint Petersburg nos metemos de lleno en la construcción de cicha ciudad, contratando obreros, levantando edificios y atrayendo a los nobles más influyentes, con el objetivo de acabar con la mayor fama y prestigio. Es decir, que el tema está pegadísimo y podría haber sido cualquier otro.

Diseño y componentes

La calidad de los componentes, como en todos los juegos de Hans in Glück, es bastante alta. El tablero es de cartón bueno y las cartas, la parte fundamental del juego, son de un grosor que no había visto antes en otro juego. Por otro lado, los billetitos que trae (se me ha olvidado ponerlos en la foto) también bastante buenos, mucho mejores que los del Power Grid, por ejemplo, aunque siempre sea mejor jugar con fichas de Poker, ya que es un juego en el que se está cobrando y paganado constantemente.


En cuanto al diseño gráfico, siento decir que bonito no es. La verdad es que Doris Mathäus desde luego no es Michael Menzel ni Franz Vohwinkel, y eso se nota, con unos nobles que bien pudieran ser habitantes de la grecia clásica en algún caso. Los edificios si están mejor, aunque tampoco llega a ser ninguna maravilla. El tablero, si bien es bastante funcional, tampoco es nada bonito, ya que se limita a 16 huecos para cartas. 

En cuanto a la caja, tamaño medio de Hans in Glück; es decir, tamaño Carcassonne. Un poco grande ya que a fin de cuentas, no deja de ser un juego de cartas, aunque tenga tablero. Aún así, no es demasiada molestia. Lo que si que es molestia es tener una caja más grande de la cuenta, con un inserto de plástico en el que no caben las cartas una vez las has enfundado:


Cuando empezaba con este vicio tenía bastantes reparos con estas cosas, pero a día de hoy hay que ser práctico:

Good bye, Lenin.
Mecánicas

La dinámica del juego es bastante fácil, aunque como en otras ocasiones, jugar bien ya es otra cosa muy diferente. En Saint Petersburg hay 4 tipos de cartas:


- Trabajadores (verdes): Nos dan dinero durante el juego.
- Edificios (azules): Nos dan puntos durante el juego.
- Nobles (naranjas): Nos dan dinero y puntos durante el juego, y puntos extra al final de la partida. 
- Intercambio (popurri): Las cartas de intercambio son de los 3 tipos anteriores, y se construyen sobre ellas, sustituyéndolas. (Ejemplo: Una carta de intercambio de edificio tiene que construirse encima de una carta de edificio normal, que se descarta)

En cada turno hay 4 rondas, una para cada tipo de carta. Una de las mecánicas más curiosas del juego es que hay un marcador de jugador inicial para cada fase, que se reparten (al azar) entre los jugadores al comienzo del juego y van cambiando de manos en sentido horario.


Ejemplo. Pepito empieza la ronda de trabajadores, Fulano la de nobles, Mengano la de intercambio y Periquito de los palotes la de edificios: En la siguiente ronda, Pepito empezará la ronda de edificios, Fulano la de trabajadores, Mengano la de nobles y Periquito de los palotes la de intercambio.

Al inicio de cada ronda se rellenan los espacios del tablero hasta que haya 8 cartas sobre él. A partir de aquí comienzan las acciones de los jugadores, que pueden elegir entre 4 posibles:

- Comprar una carta: Pagar su precio y colocarla boca arriba delante de él, aplicando sus efectos para toda la partida.
- Añadir una carta a tu mano: En el caso de que quieras una carta y no puedas comprarla, siempre puedes añadirla a tu mano para construirla después. Puedes tener un máximo de 3 cartas en la mano. 
- Comprar una carta de tu mano: En un turno posterior, puedes pagar el coste de una de las cartas de tu mano como si la estuvieses comprando desde el tablero. 
- Pasar: Pues eso, no hacer nada. 


Se realizan acciones hasta que todos los jugadores han pasado de forma consecutiva. Una vez ocurre esto, se puntúan/cobran las cartas del color correspondiente: si estamos en la fase de trabajadores, se cobra el dinero de las cartas de trabajadores que tenga cada jugador delante de él, etc. 

La única excepción es la ronda de intercambio, al final de la cuál no se cobra nada. Además, al final de esta ronda cambian de manos los marcadores de primer jugador y se hacen un par de ajustes en las cartas que hayan quedado en el tablero.

El juego termina cuando se acaba 1 de los 4 mazos, y se procede con el recuento final, que es de lo más simple:

Puntos extra por los nobles (cuantos más nobles diferentes tengas, más puntos)
1 punto cada 10 rublos que nos hayan sobrado. 
-5 puntos por cada carta que tengamos en la mano.

Conclusiones

Saint Petersburg es un gran juego, sin ninguna duda. Hasta la fecha lo hemos probado 5 personas del grupo y nos ha encantado a todos. Es más o menos rápido de jugar (no mucho más de 1 hora, aunque claro, nosotros tenemos el problema de la herencia genética de la familia Santiago, que puede hacer que se alargue la partida un pelín más...)

Se explica fácilmente pero es un juego difícil de dominar, lo que hace que normalmente si te va mal una partida te deje con ganas de repetir con otra a ver si eres capaz de hacerlo mejor. Hay que estar siempre buscando el equilibro entre ganar puntos o dinero, y siempre pendiente de comprar nobles para evitar que algún jugador se desmarque en la puntuación final.Además, queda muy recogidito en su caja una vez tiras el inserto:


Como pegas, no podemos olvidar que es un juego de cartas, y como tal tiene su factor azar. La verdad es que está bastante controlado con el tema de cogerte cartas a la mano, pero siempre pueden salir unas cartas que te hagan la puñeta como le paso ayer a Víctor. 

Por otro lado, al principio pensamos que era casi imposible remontar una partida, pero las últimas veces que hemos jugado se ha ido demostrando lo contrario, ya que en una partida a 2 Víctor me recortó casi 20 puntos y acabé ganando por 2 puntos gracias al recuento de dinero, y ayer Rubén que empezó fatal acabó comprando varios edificios de los gordos y ganando la partida por otros 2 puntillos.

Mañana hablaremos de la expansión y de alguna otra cosilla más sobre este jueguito, así que estad atentos!

Saludos!

lunes, 11 de abril de 2011

Michael Tummelhoffer, capítulo 1: Introducción

Una vez más, empezamos con una nueva semana de autor, que como ya habíamos anunciado, se va a centrar en un autor poco prolífico como es Michael Tummelhoffer. 


El primer elemento destacado de este hombre, es que no existe. Michael Tummelhoffer es el pseudónimo utilizado por Bernd Brunhoffer (en la foto), creado a partir de los nombres de sus coleguillas enla edición del Saint Petersburg, Michael Bruinsma y Jay Tummelson.

Este señor trabaja con Hans in Glück y, ojo al dato, es uno de los editores de ese pequeño CBG (Collectible Board Game) llamado Carcassonne, lo cuál sin duda le habrá reportado algún dinerillo que otro. 

Como diseñador de juegos, que es lo que nos interesa, ya decimos que no es un autor precisamente prolífico. Al contrario que otros autores de los que hemos hablado, que tienen listas interminables de juegos, Bernd Brunhoffer por el momento sólo tiene dos que debamos mencionar: Saint Petersburg y Stone Age. Y queridos amigos lúdicos, como dirían en 5mpj, no son juegos precisamente malos.

Dicho esto, iros preparando, porque mañana empezamos a hablar del Saint Petersburg, que como algunos ya sabéis, es un juego que tenemos desde hace muy poco tiempo y que por el momento, nos ha encantado. 

Saludos!

domingo, 10 de abril de 2011

Spiele-Offensive: Round one

Tal y como anunciábamos ayer, el viernes noche tuvimos sesión de estreno, en la que pudimos darle otro tiento al Thebes y sacar a la mesa el Sylla y el Atlantis, tres juegos con un largo set up y puede que un más largo todavía set down... ;P


Respecto al primero, la verdad es que el juego está muy bien. Mecánicas frescas y curiosas, y a pesar de ser un juego familiar con un montón de azar y quizás un pelín más largo de lo que debería, la verdad es que es muy ameno de jugar, con turnos muy rápidos y mucho cachondeo cada vez que hay que meter la zarpa en la bolsa ;D


Además, es un juego temático como pocos, con una ambientación muy cuidada. Son detalles que no afectan directamente a la jugabilidad, pero para mí no es lo mismo sacar de la bolsa fichas de colores que sacar el Código de Hammurabi, o el busto de Nefertiti, sobre todo después de los 5 años de Historia que me he pegado, con un par de asignaturas sobre estas cosas :)

El segundo juego de la noche fue otro ligeramente temático, aunque ya con serios gambazos históricos como mezclar a Sila con los cristianos...ejem... pero bueno, tampoco nos vamos a poner quisquilloso a estas alturas ;P


Sylla es un juego raro, mezcla de muchas mecánicas: subastas, votaciones, mayorías y alguna que otra más. En cuanto a dificultad, digamos que es un peso medio: no es de esos que terminas con dolor de cabeza, pero tampoco es una chorradita. No nos pareció el mejor juego del mundo, pero es un buen juego desde luego, aunque con todos los que tenemos, quizás corra el riesgo de quedarse en la estantería; el tiempo dirá. 

Y para rematar, sacamos el Atlantis, un Colovini con pinta de Cartagena vitaminado que de entrada no me inspiraba demasiado (ya sabéis que al Cartagena sólo he jugado una vez, y fue una partida de casi una hora que me provocó un aburrimiento soberano).


Y efectivamente, Atlantis es un Cartagena vitaminado, pero lo suficiente para que me pareciese un juego muy divertido y muy bueno. Para mi gusto, reduce considerablemente el factor azar y añade unas cuantas reglas que le dan una profundidad muy superior a la de su hermano menor y a la que se pudiera esperar en un juego de media hora.


En esta foto íbamos a mitad de la partida, pero Cristi creo que ya auguraba que iba a quedar la última, y mientras se llevaba una loseta el subconsciente la hizo dedicarnos un dedito... ;P

Y ahí acabo la noche, a eso de las 05:00. 3 juegos nuevos, y grandes sensaciones con dos de ellos. 

Para la semana que viene, que tenemos un poco de tiempo libre, parece que se avecinan vientos de guerra...


Saludos!

sábado, 9 de abril de 2011

Ya vienen los Reyes...

Pues como ya dijo Adri en la crónica, el jueves por la mañana llegaron los Reyes Magos:


20 jueguitos de nada, todos metidos en la misma caja. El de correos preguntó si habíamos pedido un muerto...

Ya hemos probado algunos, y decir que por lo pronto muy buenas impresiones: Thebes, Sylla y Atlantis. En breve comentarios más detallados de cada uno...

Saludos!

viernes, 8 de abril de 2011

Jueves 7 Abril: Vicio variado

Crónica por Neiban:

Ayer jueves nos dimos cita una vez más en casa de Raúl. Cuando llegué ya estaban Eloy, Luis, Nuria, y el anfitrión por supuesto, que en seguida empezó a atiborrarnos con gominolas de todo tipo.

Además, Raúl tuvo el magnífico detalle de quedarse de espectador en la primera partida del día (éramos 5 y el juego admitía 4, así que gracias de nuevo. El juego en cuestion; Survive: Escape from Atlantis.

Tenía bastantes ganas de probarlo, y lo mejor es que respondió a mis expectativas. Survive es un gran juego; muy ameno de jugar, con mucho perreo, cuantiosas risas, y con múltiples posibilidades/variantes con las que quitar azar y meterle más miga al asunto. Además el juego tiene unos componentes muy vistosos que lo hacen más apetecible aún.

La partida fue muy igualada en casi todo momento. Parecía que Luis y Nuria iban mejor. Bueno, no nos engañemos, realmente iban mejor, pero acercándose el final pude con un par de jugadas remontar y salvar más marineros que nadie, haciéndome con la victoria.

Ya acabando el Survive llegó Lethan, trayendo por cierto algunos de los juegos que nos han llegado de un reciente pedido a tienda alemana. Creo que dentro de poco hablará de dicho pedido. Con él ya éramos 6, y como aun esperábamos que llegasen más jugones, sacamos a mesa algo rapidito, el Pick Picknik.

La partida transcurrio con el cachondeíto habitual que proporciona este simpático juego. Cada día que lo juego reafirmo que me parece uno de los mejores fillers que existen. Además su corta duración invita a una 2ª partida. En la de ayer (se me olvidó hacerle fotillo) Nuria nos apalizó llegando a casi 50 puntos. Lo emocionante fue que el resto de jugadores, menos Eloy que estaba más descolgado, quedamos todos en la treintena de puntos.

Tras el juego de los pollos, y aun sin venir más jugones, nos dividimos en dos mesas. Raúl, Nuria y Luis echaron por un lado un Caos en el Viejo Mundo del que nada puedo hablar, pues estaba distraído en la otra mesa. A ver si ellos nos cuentan cómo fue en los comentarios.

Lethan, Eloy y un servidor estrenamos uno de esos jueguecitos que han venido de Alemania. En este caso se trató del Más allá de Tebas, un juego familiar con muy buena fama, y que teníamos todos muchas ganas de jugar. ¿El tema? Pues somos arqueólogos que se disputan la gloria por conseguir realizar las mejores excavaciones; para ello, tendremos que ir viajando entre las capitales europeas recabando información, acudiendo a conferencias, oyendo rumores, para despues acudir a lugares míticos como Grecia, Creta, Egipto, Mesopotamia o la franja sirio/palestina a probar suerte excavando. Y ayer, el mejor Indiana Jones fue Eloy, seguido por Lethan, y yo tercero.

El juego nos gustó bastante a los tres, que ya en los primeros turnos entendimos el porqué la buena fama que tiene. Las mecánicas son muy elegantes y sencillas en su ejecución. Y funcionan genialmente. Un ejemplo de ello es el sistema de cómo pasa el tiempo, o cómo en las excavaciones es más difícil encontrar restos arqueológicos si anteriormente ya ha estado otro jugador expoliando. Aunque recuérdese que estamos ante un juego familiar, donde el factor azar es bastante elevado. Tebas no es un juego denso, ni pretende serlo, pero sí que es por ahora uno de los más gratos descubrimientos en lo que va de año.

Ya hacia el final de la tarde, y con la llegada de más jugones; Lidia y Cristina (también se llegaron brevemente Cristóbal y Adolfo, pero no con tiempo para jugar) éramos 8 para rematar con un Shadow Hunters, ese viejo conocido para nosotros que últimamente está volviendo a ver mucha mesa.

La partida fue tan bien como va siempre con este juegazo. Raúl, que era Cazador fue el primero en morir, con lo que parecía que la cosa para las Sombras estaba más fácil. El final fue muy emocionante, ya que aunque una Sombra murio (Luis), también cayó Lethan, que era Cazador. Nuria como única Cazador quedó ante dos sombras (Cristi y Lidia), y también quedaba mi personaje (el suicida), que por oportunismo gana también si la partida la ganan los Cazadores, y en efecto eso es lo que ocurrio. Hubo momentos de todo tipo, desde el cómo me tangó Luis con su personaje, a un mítico balazo que causó 5 heridas!

Como curiosidad, cabe destacar que ayer pudimos jugar a la versión francesa de este juego (hasta ahora habíamos jugado a la edición inglesa), en la cual cambian algunos componentes del juego, y el diseño de las cartas, aunque lo mejor sin duda es el reducido tamaño de la caja.

Y eso fue todo. Tras la partida al Shadow cada mochuelo tiró para su olivo, con muy buen sabor en el paladar (muy normal con la de patatuelas y gominolas que nos puso Raúl por delante), pero con ganas de más. Gracias al magnífico anfitrión, y a ver cuándo la próxima ;)

Un saludo!